Entrevista con Isabel Lorenzo Domínguez, hermana de El Descendimiento
ISABEL LORENZO DOMÍNGUEZ/ HERMANA DEL DESCENDIMIENTO
“Ser de La Escalera es además de una devoción una tradición familiar”
Nos recibe en el salón de costura, enfrascada en una maraña de túnicas, caretas, cíngulos y medallas. Las hay del Longinos, del Ceomico y por supuesto de La Escalera. La hermana Isabel Lorenzo Domínguez prepara con alegría, con ilusión y con muchos recuerdos la llegada de la Semana Santa, que vive con especial intensidad, especialmente “cuando esas dos puertas de la capilla se abren y sale La Escalera”. Hoy en esta entrevista Isabel Lorenzo, de gran tradición en la hermandad y madre de una gran saga de hijos y nietos cofrades, se sincera para hablar del Descendimiento, de su querida Escalera.
– ¿Cuándo confeccionó su primera túnica?
– Pues tenía yo 16 años y fue una túnica para mi hermano el mayor, hace casi ya 60 años. Desde entonces he elaborado y planchado muchas túnicas para toda la familia.
– ¿Desde que año es usted hermana del Descendimiento?
– Yo de La Escalera he sido siempre, pero me apunté al morir mi madre en el año 1992.
– ¿Pero usted viene de una gran tradición semanasantera?
– Por supuesto, nosotros venimos de La Escalera por la familia Santamaría. Mi abuelo era de la hermandad y le apuntó a mi padre, Eustaquio Lorenzo Jovito, que estuvo muchos años como número uno. Además, mi madre, Juliana Domínguez, que aunque era del Ceomico, vivía mucho La Escalera. Luego también se apuntaron mis tres hermanos y ahora tengo a tres hijos y varios nietos, todos ellos cofrades.
– ¿Qué supone ser de la hermandad del Descendimiento?
– Para mí todo. Porque además yo asisto a todos los actos y a todas las misas de la hermandad. Para mí esto es una gran tradición familiar, además de una devoción y por supuesto guardo muchos recuerdos y muy buenos.
– Usted contó durante la celebración de las I Jornadas de Hermandad varios de esos recuerdos, especialmente cuando sirvió su padre en su casa La Escalera. Relátenos como fue.
– Aquel año tenía yo unos 12 años. Mi padre servía esa Semana Santa el paso y meses atrás le trajeron las alubias de La Bañeza. Allí estuvieron hasta el Viernes Santo colgadas en la panera y guardadas en unos sacos. Y el vino fue comprado en octubre después de la cosecha y lo embotelló y lo dejó en un lagar que teníamos en casa. Y mi hermano Tano, que era un niño, jugando le partió seis u ocho botellas, menos mal que al final pudo reponerlas, porque el disgusto de mi padre fue monumental… La cena se celebró en su casa en un salón que acogió a unas cuarenta personas. La pena fue que con la ilusión que tenía mi padre unos meses antes se le murió un hermano a mi madre y eso amargó la celebración.
– Usted vive con mucha ilusión cada Semana Santa, pero con especial intensidad cuando alguno de sus hijos sacan el paso…
– Eso es lo máximo. Pero cuando alguno de mis hijos saca el paso no puedo verlos. Estoy en casa y no voy al corro. Incluso la última vez que sacó mi hijo Javi la cadena, que fue televisada, ni siquiera puse la televisión porque lo paso muy mal. Son momentos muy emocionantes y allí están en nuestro pensamiento Jovito y Juliana, mis padres.
– ¿Cómo vive los días previos a la Semana Santa?
– Pues ya desde febrero empiezo a preparar las túnicas, las reviso, las plancho y las cuelgo en espera de que llegue el Jueves y el Viernes Santo.
– ¿Cómo ve el papel de la mujer en la hermandad?
– Yo no quiero más de lo que tenemos, no quiero más avances. Es mi opinión. Me gusta que una vez al año nos reúna la Junta Directiva a todas las hermanas y nos pongan al corriente de los actos, pero no más. A mí me encantaría que en la procesión fueran todas las mujeres delante y detrás todos los cofrades con túnicas…
A SANGRÍA Años en la hermandad Desde el año 1992, 17 años. Un recuerdo… El año en que sirvió mi padre el paso. Una ilusión… Tener a toda la familia en La Escalera. Un puesto. Me gustan todos, pero me quedo con la cadena, que ya la han sacado mis hijos Javi y Roberto. Un momento de la procesión… La salida del paso. Un hermano… Recuerdo mucho a Luis Hernández, Pepe el de La Campa, Peruco, del señor Fabián… Una costumbre… No ver la salida del paso cuando la saca algún hijo mío. Un deseo en la hermandad Que salga todo bien. La Escalera en una palabra. Todo. La Escalera es mucho. |