Y llega como siempre llega… Semana Santa 2010
26 marzo 2010
Si ustedes han notado en los últimos días un cierto nerviosismo, una creciente inquietud, mariposas en el estómago, si un único pensamiento aletea en su cabeza y les es difícil concentrarse en sus tareas. Si sufren un movimiento inconsciente pero continuo de alzar la vista al cielo en busca de nubes y lluvias amenazadoras. Si notan que estos días la emoción les embarga al escuchar el lejano sonido de una corneta o al descubrir la vieja túnica del abuelo colgada en el fondo del armario… no, no, se preocupen no es peligroso, aunque sí altamente contagioso. Estamos en Semana Santa. Bendita epidemia para cualquier riosecano.
Y es que irremediablemente la historia de cualquier habitante de esta ciudad de Almirantes y catedrales, está unida a la de su Semana Santa, manifestación de fe, arte, cultura, historia, tradición… Uno es tan riosecano como semansantero y viceversa, que tanto monta… Y su devenir histórico también se mide por el particular reloj de la Pasión: el año en que sirvió el paso, el año que sacó por primera vez la cadena, el año que apuntó a su hijo a la hermandad, el año que desfiló por vez primera con su túnica de paño, el año que…
Nuestra historia, es la historia de cualquier riosecano. La historia de cualquier niño que sueña en hacerse mayor para sentir sobre sus hombros la suave dureza de un madero sagrado. La historia de cualquier mayor que sueña convertirse en niño para sentir emocionado su primera procesión al calor de una vela y de la mano de su padre. Allá cuando los primeros rayos de primavera compiten con el frío sol del invierno, allá cuando los partidos de fútbol en el corro de Santa María se sustituían por improvisadas procesiones de tableros y muñecos, vestidos para la ocasión, con cristos chorreantes de mercromina, surgían las primeras emociones semanasanteras. Bastaba con una carrera desde el colegio hasta la iglesia de Santa María, la de Santiago o la capilla de los Pasos Grandes para dibujar oídos furtivos o imaginar que los pesados pasos se alzaban, aún por milímetros, encima de nuestros frágiles brazos de escolares imberbes.
Después llegaron las primeras procesiones, y otros mágicos momentos donde el tiempo se detiene y una ilusionada madre anuda con mimo y destreza el pañuelo al cuello de un hijo cofrade, los primeros refrescos donde los hermanos mayores se saludaban ceremoniosamente tras volverse a ver después de un largo año y las cenas de hermandad, donde a duras penas el niño cofrade sucumbía al sueño y su imaginación volaba entre oídos, palotes, rodilladas y horquillas.
Hoy, a pocas horas, para que el sonido del Pardal vuelva a estremecer con su llamada a cada una de las almas que componen esta Semana Santa, las túnicas han abandonado ya los arcones y esperan su hora bien limpias y mejor planchadas. Las medallas han salido de los cajones donde cuidadosamente reposan durante el año. La cera ya está preparada a la espera de que una débil llama alumbre el sufrimiento de la Pasión de Cristo, plasmada en unas bellas tallas de palo. Por eso y para que la espera sea menos larga, hoy desde la página web de la Hermandad del Descendimiento os dejamos este pequeño audiovisual, que es un fragmento del DVD promocional Medina de Rioseco. Ciudad de los Almirantes, elaborado por la productora Planetazul Producciones a encargo del Ayuntamiento, para que todos esos sentimientos que intentamos sujetar estos días afloren durante unos minutos y volvamos a sentir esa indescriptible sensación de ver a Nicodemo, de nuevo, rozar el dintel… y es que así, casi sin darnos cuenta, estamos ya en SEMANA SANTA…