Volvimos a cumplir el rito
11 abril 2004
9 de abril de 2004, Viernes Santo. Parecía que por tercer año las condiciones meteorológicas iban a estropear el día grande de la Hermandad del Descendimiento, pero por fortuna no fue así. La recogida y desfile de gremios se celebró sin problemas, pero poco antes de la hora fijada para la salida de los Pasos comenzó a nevar y posteriormente hizo su aparición la lluvia. Gracias a Dios a eso de la ocho de la tarde las nubes comenzaron a retirarse y el cielo riosecano se tiñó de azul. Las notas de La Lágrima inundaron el Corro de Santa María y salieron los Pasos Grandes. El codo de Nicodemus volvió a pasar a milímetros del dintel y el esfuerzo y la devoción de veinte de nuestros hermanos consumó de nuevo el milagro, El Descendimiento, «La Escalera», una vez más paseó por la viejas rúas de Rioseco, el Paso fue bailado, hizo la rodillada ante la Virgen de la Cruz del Arco de Ajújar, subió la calle Mediana en dos rapidísimos posos y, tras presenciar como testigo imponente la Salve cantada a la Virgen Soledad, volvió a ocupar su lugar en la Capilla. Se cumplió el rito secular que tenemos encomendado.
En la cena de hermandad la felicidad de los hermanos este año era palpable. Han sido dos años de dura espera, pero había merecido la pena. Además un dato anecdótico, aparte de la juventud de los hermanos que sacaban el paso entre ellos dos parejas de gemelos, los hermanos Sanz y Barrios.
Ya queda menos para Viernes Santo de 2005.