MONUMENTO A LA SEMANA SANTA
3 febrero 2006
La escultura del cofrade, que será instalada en el Museo de Semana Santa, llega a la fundición
El artista ha empleado cuatro meses en terminar la figura, que pesará una tonelada
Después de cuatro meses de trabajo, el conjunto escultórico que rendirá homenaje al cofrade riosecano, obra del artista local Ángel Martín, sale hoy viernes hacia la fundición de la Fundación Capa -en Arganda del Rey (Madrid)- para su transformación en bronce.
La escultura, se situará en el atrio de Santa Cruz, sede del Museo de Semana Santa, en un lugar aún por determinar. El proyecto se ha entregado con un mes de retraso sobre lo previsto, porque el promedio de dedicación ha sido de cuatro horas diarias, dependiendo de los procesos de vulcanización, y «por intentar imprimir el mayor realismo posible a las túnicas», aseguraba el artista.
El bronce, cuyo peso se aproximará a la tonelada, consta de dos protagonistas, un padre y su hijo, desfilando ataviados con las túnicas procesionales, empuñando el primero la popular horquilla, y un farol el segundo. El cofrade adulto aparece con el rostro cubierto por una careta y el niño la lleva enroscada sobre la cabeza, reflejando fielmente una de las imágenes más características de la Semana Mayor riosecana.
Han sido varios los materiales utilizados en la obra, «aunque la capa final va revestida de resina de poliéster y bastantes partes de la obra han sido realizadas en yeso endurecido vía molde». En cuanto al proceso de fundido, será a la cera perdida, de tal forma que «el bronce entrará por unos bebederos y unos canales de transmisión de material para luego hacer la salida por la parte superior de la escultura, que estará bajo tierra en un sarcófago que soportará las temperaturas térmicas del metal fundido».
El gesto de satisfacción y preocupación por el modo en que será acogida, se refleja en la cara de Martín, que confiesa que «durante todo este tiempo no he dejado que nadie entrara en el taller a ver la obra», y añadió que «lo que he buscado es que los cofrades se identifiquen con ella y que cuando la miren, vean una copia de ellos mismos en procesión».
La responsabilidad es mucha, porque asegura «más que el Ayuntamiento, yo estoy convencido de que es el pueblo de Rioseco quien me ha encargado la obra, y eso pesa».
Justo antes de la fundición, tan solo el alcalde, Artemio Domínguez, el presidente de la Junta de Cofradías, Andrés San José, y su familia, la han visto concluida y todos han dado su visto bueno. El resto de riosecanos tendrán todavía que esperar varias semanas para ver esta escultura, que, sin duda, es una de las más esperadas, por la carga simbólica y emocional que supone para los vecinos de la Ciudad de los Almirantes la celebración de su fiesta declarada de Interés Turístico Nacional, la Semana Santa.
Fuente: EL NORTE DE CASTILLA. Pilar Pérez Salán