Descendimiento del Codex Egberti. El primero conocido.
La iconografía del Descendimiento de Cristo de la cruz se puede encuadrar en la reproducción de escenas pasionales que llegó a constituir un género propio desde la Edad Media. Una expresión artística que buscaba resaltar la naturaleza humana de Jesús, y por tanto el valor de su sacrificio y el sentido liberador de su resurrección.
La primera recreación conocida del momento del Descendimiento es una miniatura del Codex Egberti (Códice de Egberto) o Salterio de Tréveris, un evangeliario que fue elaborado para Egberto, obispo de Tréveris (Alemania), en el scriptorium del monasterio de Reichenau, una isla del lago Constanza. Se trata de una importantísima obra del llamado arte otoniano en la que aparecen cincuenta y una ilustraciones realizadas en su mayoría entre los años 970 y 980 por un monje conocido como Maestro del Registrum Gregorii, así llamado por ser autor de una colección de cartas del papa Gregorio el Grande, que incluyen la primera representación de distintos momentos de la vida de Cristo, entre ellas el Descendimiento, escena en la que solamente figuran José de Arimatea y Nicodemo liberando a Cristo de la cruz. El Codex Egberti se guarda actualmente en la Biblioteca de Tréveris.
El historiador francés Émile Mâle trata el primer referente iconográfico sobre el tema en su «Histoire genérale de l’art», donde considera que hay que buscar su origen en el arte bizantino del siglo X, como herencia del arte paleocristiano y con figuras muy simplificadas, reducidas a José de Arimatea sujetando el cuerpo de Cristo, Nicodemo extrayendo los clavos y, en algunos casos, la Virgen y San Juan. Una escena que suele asociarse al Entierro de Cristo y es una interpretación del llamado Evangelio apócrifo de Nicodemo, también conocido como Actas de Pilatos.
A partir del siglo XI es cuando comienzan a incorporarse al Descendimiento de manera sistemática los personajes de la Virgen y San Juan, para reforzar el dramatismo del momento. No fueron ajenas a la consolidación de este modelo iconográfico las homilías de Jorge de Nicomedia, muy divulgadas en la segunda mitad del siglo IX y en las que explicaba las palabras de Cristo desde la cruz confiando a María a su discípulo Juan. Unas expresiones devocionales que tuvieron posteriormente gran repercusión en la recreación artística de las escenas del Calvario y del Descendimiento.